LA PAREJA PERFECTA

La escuela y el hogar unidos forman la mejor combinación para la formación integral

de los hijos, ya que se complementan.

La escuela hace pareja con el hogar puesto que colabora directamente con él,

no sólo en lo académico sino también proporcionándole al niño los medios

necesarios para desarrollar sus habilidades, como el arte, deporte,

manualidades o talleres, servicio social. Le da la oportunidad de acrecentar

su autoestima en base a sus propios logros, como también aprende a socializar.



Así mismo, lo introduce en la cultura general, y tal vez de una manera diferente que

en su casa, le muestra e inculca hábitos, normas y actitudes que forman su sentido

del bien y del mal (conciencia).


A pesar de las ventajas que puede brindar la escuela al participar con los padres

en la tarea de educar a los hijos, son diversas las actitudes que éstos toman con

respecto a ella. Algunas interfieren en el logro de los objetivos, otras en cambio

pueden hacer del binomio escuela-hogar la mejor combinación para formar un niño

feliz, seguro de sí mismo, capaz de desarrollar todas sus capacidades al máximo

(así tenga que enfrentar dificultades, como tener un profesor exigente,

aprender un segundo idioma, problemas de adaptación, lenguaje, conducta, etc).



Algunos ejemplos de actitudes que suelen tomar los padres de familia con respecto

a la escuela de sus hijos pueden ser:



"Que la escuela se encargue"


En éste grupo se pueden ver a los papás que dejan en las manos de los

maestros expertos la educación de los hijos, aquellos que ni enterados

están de quién es el maestro de su hijo y que raras veces se detienen a

revisar las tareas o poner especial atención en las calificaciones y reportes

escolares. La educación es un trabajo de equipo, y la escuela, por más

acreditada que sea, nunca podrá tomar el lugar de los padres, pues éstos son

los primeros y principales educadores.



Papás, ¡cuidado con sus comentarios!


En ocasiones, consciente o inconscientemente, se logra dañar, con juicios

y comentarios, la imagen y obra de la escuela. No faltan las quejas y críticas

acerca del plantel educativo.



La actitud de rechazo o crítica constante, además de no ser nada formativa,

puede llevar a sus hijos a despreciar la escuela, la autoridad, y formarle el hábito

de culpar al maestro o al sistema educativo de sus propios fracasos escolares.



Colaborando juntos por el bien del educando.


Los padres que ven al maestro como un aliado depositan en él su confianza.

Compartiendo con ellos las dificultades que llegan a presentarse, como podrían ser:

un inadecuado sistema de estudio, bajo aprovechamiento, algún incumplimiento

o la personalidad del niño (introvertido, inquieto, distraído, etc) se forma un buen

equipo para sacarlos adelante.

Inculcar
el respeto en los niños hacia la escuela, profesores y compañeros,

es otra manera de colaborar. Si por el contrario, el educando trata de salirse

con la suya y burlar al maestro en complicidad con sus papás, no habrá plantel

educativo, por más competente que sea, que logre educarlo integralmente.



Responsabilidad y ejemplo.


Se dan casos en que las tareas escolares sirven de arma al niño para lograr

retener a la mamá, insistiéndole que la realice con él ya que está muy difícil.

¿El resultado? La mamá se compadece y termina ayudándole si no es que

haciéndola por él.



Ésta y otras
ayudas similares, impiden al niño a sufrir las consecuencias de

no cumplir con sus responsabilidades (malas notas, reportes, tarea extra o

perder el recreo) y así, en vez de fomentar la responsabilidad en el niño se

le fomenta la irresponsabilidad, que con seguridad le traerá otras consecuencias.



Otras veces se descuida el ambiente, no proporcionándoles a los hijos un lugar

apropiado para la lectura y el estudio. ¿En cuántos hogares hay un lugar para

ver la televisión, jugar o hasta para guardar la escoba pero no hay uno para estudiar?

No se trata de tener una súper biblioteca sino de proporcionarle al niño un lugar sin

distracciones, un rato de paz para lograr así el mayor provecho.



Una buena manera de conocer nuestra actitud hacia la escuela de nuestros

hijos sería respondiendo a las siguientes preguntas:



* ¿La última visita que hice a la colegio de mis hijos fue, cuando y para qué?


* ¿Si tengo algo que comentar sobre maestros, directivos o colegio
en general,

lo hago con...?


* ¿Al recibir algún boletín, carta, nota, mi reacción es........

Leerla, analizarla, contestarla, criticarla, o tirarla a la basura?

Cuando tienes una duda o inquietud sobre el colegio a donde acudes

a que te la aclaren?


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