Comenzamos un nuevo año escolar, de quehacer
compartido en el que cada uno tendrá una parte de responsabilidad, para
ir así desarrollando la diaria tarea de enseñar y aprender. Tarea
que a veces se hace ardua, dura, dispendiosa, pero que conlleva la gran aventura del conocimiento,
de la disciplina. Y digo conocimiento no sólo para los alumnos sino también
para nosotros docentes, que cumplimos con la exigencia de superarnos día a día,
de disciplina porque es un gran reto romper paradigmas, superar obstáculos del diario vivir.
El presente año nos enfrenta con la expectativa de incorporar
nuevas metas, iniciamos otra etapa, otros procesos, las que serán facilita doras del aprendizaje, pero que también representan un reto para nosotros. Y un reto
también para los escolares, que deberán organizar e incorporar hábitos y
rutinas de estudio que lo lleve a las exigencias de un mundo globalizado. Y una
gran responsabilidad para los padres de sintonizarse en un lenguaje de superación
e independencia de sus acudidos.
La escuela los está recibiendo con fuerzas renovadas,
las aulas los esperan para brindarles el espacio que les permita relacionarse
con sus compañeros, con sus docentes, con la curiosidad de saber qué materias
deberán estudiar en este nuevo año, sobre todo aquellos alumnos que
cambian de ciclo o que llegan nuevos al colegio.
A todos les damos la bienvenida con los brazos
abiertos: trabajaremos juntos, abriremos puertas para ampliar su mundo y
convertirse así en personas pensantes, activas, transformadoras de su medio
allí donde les toque desenvolverse.
Los invito ahora a pasar a asumir los nuevos retos.
Recuerden que contamos con su entusiasmo, con su fuerza, su colaboración, y con
el acompañamiento a los docentes para que todos los niños, niñas y adolescentes sean ganadores de esta nueva etapa.
Muchas gracias por asistir a la reunión de padres de
familia y demostrar con ella el compromiso con sus acudidos.
Y quiero dejar esta reflexión para todos.
ALCIRA DURAN
Rectora
EL VUELO DE LOS
GANSOS
La próxima temporada, cuando veas los gansos emigrar dirigiéndose hacia un
lugar más cálido para pasar el invierno, fíjate y verás que vuelan en forma de
“V”.
¿Sabes por qué lo hacen de esta forma?
Porque al batir sus alas, cada ave produce una corriente en el aire que ayuda
al que va detrás de él. Volando en V, la bandada de gansos aumenta por lo menos
un 71% más su capacidad de vuelo, en comparación con uno que vuela solo.
Las personas que comparten un proyecto en común y tienen sentido de comunidad,
pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rápidamente apoyándose entre
sí.
Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la
resistencia del aire y se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo. Por
supuesto, rápidamente vuelve a la formación para beneficiarse del compañero que
va
adelante.
Si nos unimos y nos mantenemos juntos a los que van en nuestra misma dirección,
el esfuerzo será menor. Todo será más sencillo y alcanzar las metas y
objetivos, será más placentero.
Cuando el líder de los gansos se cansa, permite que otro tome su lugar y él se
retrase a un lugar más cómodo.
Nosotros, hombres y mujeres, obtendremos mejores resultados si nos apoyamos en
los momentos duros, si nos respetamos y compartimos los problemas y los
trabajos más difíciles.
Los gansos que van en la parte de atrás graznan para alentar a los que van
adelante a mantener la velocidad.
Una palabra de aliento a tiempo, ayuda, da fuerza, motiva y produce mejores
resultados.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, los dos
gansos más cercanos salen de la formación y lo acompañan para apoyarlo y
protegerlo.
Muchas veces decimos ¡No seas ganso!, pero si somos
realistas y un poco humildes…
¡Cuánto podríamos aprender de estas
aves!